San Sebastián - Retablo Parroquia de Guisando

DESDE GUISANDO VENIMOS A SAN SEBASTIAN   DEL HOYO.

Entre las gentes de Guisando y Poyales del Hoyo existe desde antaño una gran armonía; prueba fehaciente de ello son los diversos matrimonios mixtos entre guisan­der@ y “joyanc@”.  Las fiestas de ambos pueblos servían para atar, en un ambiente lúdico y disten­dido, unos lazos que arrancaban de una estrecha convivencia por razones de vecindad entre las tierras y por compartir, la más de las veces, quehaceres y labores agrícolas o ganaderas comunes.

Para muchas generaciones de jóvenes guisanderos SanSebastián del Hoyo ha sido cita anual obligada, no en vano abría las puertas del calendario festivo de la zona.

 Nos cuenta tía Eugenia, ya octogenaria, que cuando era moza acudía con algunas amigas ahonrar al patrón de Poyales del Hoyo.Marchaban andando por el viejo camino que une ambas poblaciones, hoy ya poco frecuentado, bien para llegar por la mañana a primera hora y asistir a la misa y procesión, o bien después de comer para asisitir un ratillo al baile que amenizaba la gaitilla. Cuando las luces de la tarde comenzaban a palidecer las mozalbetas regresaban de nuevo a Guisando pues no era costumbre quedarse a dormir fuera del hogar paterno, eso era más un privilegio masculino. En tía Eugenia están como recuerdos vivos: “la imagen del Santo adornado con un ramo de naranjas y esas ricas perrunillas que tomaban en las casas de los conocidos”. Los mozos gozaban de una mayor libertad y podían disfrutar durante más horas de las fiestas. El “día grande” partían en pandillas desde guisando después de comer o a media tarde, para penoctar al menos durante una noche en casa de las viejas amistades ( de la conocencia, como decimos aquí).

Comer en casa de los conocidos era lo habituat, pero también era frecuente que llegara un joyanco “rumboso” que se llevara a su casa a saciar los apetitos de toda una pandilla de amigos y dejara escapar aquella sonada frase de “Tú, tú y vosotroh estaih convidaos en mi casa”.

 Hoy la atracción de las fiestas de San Sebatián del Hoyo continúa en plena vigencia para los guisanderos, si bien los tiempos han cambiado costumbres de rancio abolengo, a la vez que el automovil permite una mayor movilidad y el prolongar las estancia hasta altas horas de la madrugada.

Una guisanda.

 

(artículo aparecido en el pregón de fiestas del año 1994, y que transcribo integramente por el convencimiento personal de que refleja una realidad permanente en las relaciones entre joyancos y guisanderos.)

En este punto, quiero dejar constancia que personalmente conocí a la que es mi mujer en Poyales en las fiestas de San Sebastián-1975, y se afianzó nuestra relación en Guisando en las fiestas de San Pedro del mismo año.

Ejemplo claro de la verdad que encierran las palabras de la guisanda, cuya identidad intuyo a pesar de su pretendido anonimato.

Miguel Camacho