“Cofradía de San Sebastián” – Eusebio Herraez Herraez

 

 

LA IMAGEN DEL SANTO

 

San Sebastián es el patrón principal de la Villa de Poyales del Hoyo.

 

En España, al igual que sucede en los países de nuestro entorno, cada pue­blo disfruta de sus propios preceptores, a quienes invoca en sus necesidades y en quienes deposita su confianza. Se trata de santos o santas que, por mo­tivos especiales, fueron recordados desde antiguo por cada uno de sus habi­tantes. Muchos pueblos celebraron sus fiestas patronales en torno a una ima­gen de la Virgen María o del mismo Jesucristo, exaltando principalmente su misterio redentor. El correr de los años ha procurado mantener inalterables las tradiciones en cada uno de los pueblos. Obedece a una costumbre general de la Iglesia, cuyo influjo contribuyó a despertar la conciencia cristiana de los pueblos que recibieron el bautismo y les ayudó a manifestar y alentar este es­píritu en todas las realizaciones populares; en las manifestaciones festivas también.

 

El elevado tono festivo, que Poyales del Hoyo muestra en torno a la ima­gen de San Sebastián, ayuda a revivir con entusiasmo en el pueblo el recuer­do del joven militar romano, nacido en Milán, que, desdeñando los perversos sentimientos del Emperador, no permitió mancillar su virilidad, sino que, aún a costa de una muerte violenta, prefirió erigirse en el valiente soldado que si­guió al pie de la letra las órdenes del mejor capitán: el mismo Jesucristo.

 

La imagen que hoy venera Poyales en su ermita de las Eras, dedicada al Santo, nos le muestra como un joven de corta edad, de semblante sereno, ojos claros inmensamente abiertos, nariz proporcionada y labios entreabiertos, de los que brota una infantil sonrisa entremezclada con una pizca de seriedad. Su blonda cabellera, caída hasta los hombros, corresponde a la de todo un gen­til mozo. El cuerpo desnudo, atado a un tronco reseco, exhibe la figura del joven elegante, bien cuidado, cuyas facciones y partes corpóreas dejan al des­cubierto las cualidades del joven ideal. La toga que, cubriendo las partes vi­riles de su cuerpo, se prolonga por detrás hasta rozar sus talones, ennoblece la estática figura del doncel perfecto que, amarrado fuertemente al tronco del árbol, espera impávido a que los dardos vayan a clavarse, uno tras otro, en sus transparentes músculos, sin que en su semblante aparezca el más leve deje de dolor.

 

Tal vez el único fallo imputable al autor de la imagen estribe en haber de­jado reflejada en la misma la impronta de un joven barbilampiño, casi un ado­lescente, sin haber tenido en cuenta que, en el momento del martirio, San Se­bastián había llegado ya a la edad de 32 años, en la que predominan los ras­gos de la madurez en las facciones del rostro humano.

 

Se trata de una talla en madera policromada que llegó a Poyales del Hoyo en enero de 1951. Desconocemos el nombre de su autor. Tiene todas las tra­zas de ser una escultura moderna, tanto por la estructura de la figura como por la técnica utilizada en su decoración. Recientemente ha sido restaurada, llegando a constituir el trabajo realizado por Paco Ojea un logro perfecto que ennoblece, si cabe, mucho más a la hierática figura del Santo.

 

No se conserva la anterior imagen que, desde antiguo, existiera en la Er­mita. Se ignoran asimismo las causas de su desaparición. Examinando deteni­damente alguna fotografía existente de la misma, se puede mantener que se trataba de una talla en madera policromada, de estilo barroco, probablemen­te del siglo XVIII. La imagen era de pequeñas dimensiones y evidenciaba la tosquedad de su factura. Sin embargo, conservaba el secreto atractivo de ser dicha' imagen la que fue capaz de arrancar del pueblo hoyanco el amor a la persona que la misma representaba: San Sebastián. Aunque solo fuera por tal motivo, merecería mil veces la pena que dicha imagen hubiera permanecido para siempre en el pueblo.





ICONOGRAFIA DE SAN SEBASTIAN 

San Sebastián mártir, Adonis sufriendo, o, Apolo rendido por las flechas de Amor 

Sanses, Bastian, Sebastian, san sebastiano y otras alegorías

Iconography of Saint Sebastian,  Iconography of San Sebastian

Si a Hermes, el mensajero de los dioses, se le caracteriza por el caduceo, el símbolo y herramienta propia de Apolo, dios de la luz y la belleza, es el arco. Casi recién nacido, con él va a matar a la Serpiente Pitón que fue verdugo de su madre por instigación de los celos de Hera. Igualmente, con la ayuda de su hermana gemela Artemis, asaetean a los hijos e hijas de Niobe hasta la muerte porque, orgullosa de su fertilidad, había despreciado a Letona, que sólo había tenido a los gemelos.
Al inicio de la Ilíada, el dios, airado con los aqueos a causa del desprecio que ha recibido su sacerdote, Crises,
“descendió de las cumbres del Olimpo con el arco y el cerrado carcaj en los hombros; las saetas resonaron sobre la espalda del enojado dios, cuando comenzó a moverse. Iba parecido a la noche. Sentose lejos de las naves, tiró una flecha y el arco de plata dio un terrible chasquido. Al principio el dios disparaba contra los mulos y los ágiles perros; mas luego dirigió sus amargas saetas a los hombres, y continuamente ardían muchas piras de cadáveres
La peste, se asimiló a los flechazos del dios, por su rapidez en dar muerte, como por su distribución ciega y aleatoria, que alcanza tanto al señor como al villano.
Los cristianos siguen padeciendo la peste en la  Edad Media, y cuando el azote de la misma se hace más fuerte, se busca, y encuentra, a un protector que haya superado el mortal ataque de las flechas, que resulta ser además protector de arqueros y soldados. El santo encontrado
– más que escogido – es San Sebastián. Su historia se cuenta en La Leyenda Dorada de Santiago de la Vorágine, en la que se dice: que era un militar de carrera, amigo de los césares, pero que el año 288, por su cristianismo, Diocleciano le condenó “ser llevado al campo, atado a una estaca y muerto a flechazos”. Y los verdugos le dispararon hasta dejarle “tan lleno de flechas como un erizo de púas”. Esa noche, “una mujer” fue a buscar su cuerpo para enterrarlo pero encontró que estaba vivo por lo que lo llevó a su casa y lo curó – aunque Santiago no especifica quién. Otras versiones aluden a santa Irene –. Una vez sano, volvió a enfrentarse a su verdugo, que esta vez se aseguró de que lo apalearan y sólo cuando estuviera bien muerto tiraran su cuerpo al río para que no se convirtiera en objeto de culto.

Sebastián triunfó de nuevo, sobre el emperador, si bien en esta ocasión le alcanzó la muerte, se apareció después en sueños y su cuerpo fue recuperado y enterrado.

José Espanquer

 

Existen notas de los famosos sermones de Savonarola que provocaban  la "confesión espontánea de las mujeres" en las que se confesaba que: ..."el san San Sebastián de San Marcos (obra de fra Bartolomé) despertaba pensamientos lascivos" no sería este el motivo pero, el cuadro se trasladó de la iglesia al monasterio y luego se vendió.

... Lo que implica una gran sensualidad y el mas apasionante y simbólico motivo artístico si lugar a dudas. Por una parte su extensión, es raro encontrar una iglesia sin un "sanse", da lugar, a  una gran variedad de expresiones en torno a lo mismo, por otra el golpe de cadera andrógino, y el torso completo  sirve de vela y bandera renacentista... 

A alguien se le debió ocurrir un ..."Ves a san Sebastián, así me siento yo por " convirtiéndose en una "paleo-romántica" imagen alegórica.

El artista a veces representa a su rival al que no logra eliminar, con su amante limpiándole las heridas en vez de a el...

Algunos artistas intentan expresar lo que siente el modelo al estar desnudo, las miradas son las flechas del público que llegan  al taller y miran al modelo.

Otras (muchas veces) El artista pinta, esculpe, sus deseos frustrados sobre el modelo, ¿han visto ustedes los borrones sobre los sensuales anuncios en la calle, pintándoles dientes negros, clavándoles puñales...etc..?, es lo mismo pero con un puntito venenoso de intelectualidad en las flechas.

En otras el artista se representa a si mismo. Las flechas son los prejuicios y los reproches de la  sociedad por ser homosexual, en algunas imágenes el autor se retrata sujetando la flecha, "la pluma" en señal de asumir la homosexualidad, o respetarla.

No son elucubraciones sobre la pulcritud de santa Irene, pues así lo ven, (me lo ha expresado mas de una persona): el artista representa a, el amante sujetando el miembro erecto, en el momento de provocarle un espasmo....

El lado femenino generalizado, (generalizando), ve a su Romeo atrapado, expiando su tradicional culpa universal de la atracción, curándole las heridas. 

Y esto es solo una parte de la alegoría que suscita estas imágenes, la misma imagen vista por un varón, una mujer, y dependiendo de sus apetencias sexuales, varía. Sobre "petite mort" encubiertas y  otras simbologías. Se podría escribir un tomo,... hoy en día se ha convertido en un icono, igual que los peces representaban a los cristianos, los grupos "sanses" combativos se agrupan en torno a este símbolo.

Hacia finales del siglo XV la formula está completa, si exceptuamos la inclusión masiva de Santa Irene en el siglo XVII, las variaciones no resultan innovadoras, ni las posturas, pero el motivo perfectamente guardado en ermitas permite que artistas que hubieran sido invisibles, estén clasificados. Así mismo nos permite seguir muchas líneas, relacionar las escuelas y los alumnos de ellas, así como su alcance mercantil.

 

 

 Iglesia de Sant Andreu, Salardú (Vall d'Aran, Spain)

(XII-XIII)

 

 

 

Anónimo de Limoges XIII

 

 

Giovanni Biondo (XIV)

 

 

 

Andrea Mantegna 1457 a 1490

 

anónimo de la región del Rhine

 

 

Benozzo Gozzoli 1464 a 1485

 

 

 

 

Giovanni Bellini  entre 1464 y 1490

 

 

 

atribuido al taller de Sandro Botticelli

 

anónimos alemanes 1470-1480

 

Rhöne School

 

 

anónimo Dutch o German

 

anónimo bohemio XV

 

anónimo francés

 

 

 

 

 

Hans Memling 1475

 

 

Iglesia de San Giorgio Albenga (Sabona, Italia) 1476

 

 

 

 

Hans Paur 1472

 

 

Cosme Tura 1484

 

 

Luca Signorelli

 

anónimo italiano

 

anónimo ferrara XV

 

 

 

 

Pietro de Cristoforo Vanuchi Perugino 1490

 

 

Francesco Francia

 

Lorenzo Costa 1490

 

Leonardo da Vinci

 

 

 

 

Pedro de Berruguete

 

 

Francesco Galli, Francesco Napolitano Maestro della Pala Sforzesca 1490 en adelante

 

 

Bartolomeo Vivarini 1491

 

 

 

Alberto Durero  Albrecht Dürer  1495 y 1501

 

Anónimo

 

Anónimo

 

 

Anónimo hacia el 1500

 

Matteo Civitale 1492

 

Giovanni Campis

 

 

 

 

Josse Lieferinxe 1497

 

 

Gregor Erhart 1500

 

 

 

 

Posiblemente es un autoretrato del pintor

Raffaelo Sanzio Rafael Sancio Raffaello Santi, Raphaeël 1501

 

 

 

 

Niccolo Pisano

 

 

 

Wolf Huber  1509

 

 

 

 

 

 

Tiziano Vecello di Gregorio  entre 1510 y 1570

 

Francesco Zaganelli 1513

 

Giuliano Bugiardini 1517

 

 

 

 

Benvenuto Tisi Il Garofalo  1526

 

  

Martí Díez de Liatzasolo 1531

 

 

 

 

Viçente Macip Vicente Macip 1540






ANARKASIS



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